Y si fuera cierto lo que me dice Charlota.
Si fuera cierto que para alguna gente escribir es como respirar. Tal vez por eso lleve tiempo asfixiandome.
Si fuera cierto que el único sitio posible para estas cosas, y esas cosas. Para mis vómitos y mis meadas. También para algun aplauso y para algun elogio. Y a veces para un chiste (malo), y una reivindicación (disparatada).
Si fuera cierto que mi corazón late persiguiendo ideas, enlazando palabras y no pueden ir a otro sitio, reflejarse en otro espejo.
Si fuera cierto que aquí puedo expresarme libremente, decir lo que amo y lo que odio.
Si fuera cierto que ningún entrometido fisgón pudiera llegar aquí.
Si fuera cierto que ninguna cotilla pudiera asociar este blog a mi persona.
Si fuera cierto todo eso, tal vez, y solo tal vez, este lugar podría ser aspirante a existir.
Pero tengo mis dudas.
Muchas.
Todas.
Y mi vida es finita (y atormentada).
Y mi tiempo también.
Aunque si fuera cierto lo que dice Charlota, este podría ser el camino para ser (un poco más) feliz.
Si vienes de buen rollo, pasa y sientete cómodo, si vienes a joder, un par de tiros al aire te harán cambiar de idea.
martes, 10 de septiembre de 2013
domingo, 1 de septiembre de 2013
No es el sitio
El perro busca su sitio. Y lo único que hace es mear esquinas. Y ni come, ni deja comer.
No es el sitio. Ni siquiera la hora.
No es el sitio ni la hora de contar mis logros. Ni mis fracasos.
No es este el sitio, ni ningún otro, de explicar todo aquello que pasa por mi cabeza, y por mis sentimientos.
Sinceramente, cuando algo se expresa, todo se malinterpreta. Y por eso no es la hora.
No es la hora, ni el sitio. Ni siquiera las personas son las adecuadas.
No soy yo el adecuado en contar. Ni vosotros, lo siento, los adecuados en leer, en escuchar.
Si sois anónimos, no me entendeis, y podeis llegar a ser trolles sin quererlo.
Si sois amigos, estais contaminados (bendita contaminación) de sentimientos encontrados, referencialidad y el eterno juego de la distancia y cercanía que impregna la amistad.
Y es que no somos los adecuados.
No es el sitio adecuado.
No es la hora adecuada.
Y no hay sitio adecuado para la literatura vomitiva que practico, para la infestación de ideas que promuevo, para el derribo de cimientos que conllevo.
Ni blogs, ni redes sociales, ni libretillas personales. No puedo tirar de un carro que nadie aguanta.
No es la hora adecuada para sacar a la gente de sus risas. No es la hora para desenmascarar banderas y religiones, políticas y demás filias de las pobres mentes que apostaron todo al rojo en la ruleta.
No somos, ya digo, quienes debamos a estar a un lado o a otro de esta trinchera orquestada por mis neuronas. Mucho menos quienes debamos quedarnos en mitad del fuego cruzado.
Y puesto que no somos quienes,
puesto que no es el sitio,
y puesto que no es la hora.
No vuelve el perro, no.
Ni creo que nunca vuelva.
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